Cuando llegué aquí a San Diego, al acostarme, el Señor me habló. Me dijo que le entregara la casa donde me alojaba. Inmediatamente escuché: «Dondequiera que pisen tus pies, poseerás la tierra». Oré por la casa. Después, sentí un fuerte deseo de escuchar las Escrituras mientras dormía. Y así lo hice. Ha sido tan agradable desde que estoy aquí. Sé que Dios está aquí. Su presencia. Sus ángeles. Estoy aprendiendo una nueva perspectiva de las Escrituras que mencioné. No se trata solo de tomar algo y poseerlo como propio. También se trata de que dondequiera que vayas, has etiquetado y reclamado ese territorio para el reino de los cielos. Así que ninguna oscuridad puede gobernar ni tener jurisdicción. Así que mientras estoy aquí, ¡el espíritu del Señor, la presencia del Señor y la jurisdicción del reino de los cielos gobiernan y reinan en este lugar! De verdad le doy gracias a Dios. Que esto sea solo una breve palabra de aliento para cualquiera que piense que no influye en Dios. ¡Sí, y eres necesario dondequiera que Él te envíe! Escucha la voluntad del Señor y obedece.
Escritura: Deuteronomio 11:24
Josué 1:3
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